Leer para sentir. Sentir para vivir. Vivir para escribir. Así podría resumir mi filosofía de vida, la que he adoptado para soñar, crear y sobre todo viajar en cada página que escribo o leo.

Ayer -domingo 16 de octubre- tuve un romance con las letras, el periodismo y la pintura. Me perdí en un lugar donde el tiempo se detuvo, las preocupaciones desaparecieron y las ideas brotaron como un manantial desbocado. Estuve en la FILUC 2016 -Feria Internacional del Libro Universidad de Carabobo . Valencia-Venezuela) – un lugar para construir, al menos por algunas horas, una realidad paralela.

«Leer es tan subversivo como hacer el amor en la vía pública. Es un fósforo que se enciende en tu cabeza. Es gimnasia para tu cerebro» con estas palabras el escritor y poeta venezolano Leonardo Padrón explicaba lo que la lectura puede representar para muchos mortales. Para mí es un mundo fascinante que una vez que lo conoces no es muy difícil perderse en él.  Nos convertimos entonces en presa de un insaciable  animal, que lejos de hacer resistencia, nos entregamos a él para ser devorado sin contemplación.

leonardo-padronCon el escritor y poeta Leonardo Padrón

Pienso entonces cómo la lectura y escritura han sido el elemento salvador y protagónico de grandes historias de la humanidad. El caso del Diario de Ana Frank, una niña judía que relata en tres cuadernos sus días mientras permaneció escondida por dos años de los nazis en Ámsterdam. O quizás uno de los más emblemáticos, el de Nelson Mandela que por casi tres décadas permaneció privado de libertad en una cárcel 2 x 2, donde su único elemento con una realidad distinta a esas 4 paredes que veía fueron los libros.

Cada vez que tengo en mis manos un libro que me atrapa siempre me pregunto ¿qué sintió el escritor cuando plasmaba cada palabra en esa página en blanco? Tuve la oportunidad de preguntarle esto a Diego Arroyo Gil, periodista y escritor venezolano que con apenas 30 años de edad se ha dado a conocer por sus dos más recientes obras: «Bocaranda. El poder de los secretos» y «La señora Ímber. Genio y figura».

Era imposible no preguntarle sobre Sofía Ímber, sus vivencias luego de 3 años de trabajo con ella para la realización de este libro y alguna anécdota que compartir. Fue fascinante escuchar de Arroyo Gil que Sofía -como todo el mundo le dice a sus 92 años- es «una mujer vulnerable a su manera». No fue sino hasta dos semanas antes de la entrega del manuscrito a la editorial Planeta que cedió las cartas de amor que se escribía con su primer esposo Guillermo Meneses para incorporarlas en el libro, a pesar de haberlas leído en sus encuentros de trabajo y preguntarle a Diego «¿verdad que era amor?. Yo todavía lo amo».

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Con el periodista y escritor Diego Arroyo Gil

Confieso que me dolió el corazón cuando el escritor develó que Sofía Ímber lleva siempre en su cartera  la carta -por demás hermosa- que le dejó su segundo esposo Carlos Rangel al momento de suicidarse. Es admirable la entereza de esta mujer.

Mientras se realizaba el libro muere el único hijo varón: Pedro Meneses. Poco se detalla sobre este episodio en sus páginas, a pesar de confesar que ha sido uno de los dolores más grandes que ha sentido al tratarse del hijo que más quería -ella quizás sea la única persona que puede decir que no quiere a sus hijos por igual-. Sin embargo Diego Arroyo Gil cuenta que cuando sucedió esto ella luego lo conversa con él sin botar una lágrima; él sin embargo al escribir apenas dos líneas sobre la muerte de Pedro llora frente a su computador ¿se dan cuenta cómo un escritor puede fundirse en su trabajo y sentirlo en el corazón? más aún cuando se escribe una biografía.

Igual de fascinante fue el encuentro con el periodista venezolano Nelson Bocaranda, a propósito del libro que el mismo escritor realizó sobre la vida de esta figura tan conocido no solo en  Venezuela sino en el resto mundo.

nelson-bocarandaCon el periodista Nelson Bocaranda

Escuchar a Nelson es viajar en el tiempo, bajo un periodismo que quizás muchos colegas -los más jóvenes- no han conocido por la absurda dinámica política que practica el gobierno de turno. Sus palabras son elocuentes, sus anécdotas fascinantes y las frases que lanza son dagas certeros directo a tu cabeza: «La credibilidad en el periodismo se construye con trabajo y ofreciendo disculpas cuando te has equivocado». «Quizás esto -refiriéndose a la actual situación política que se vive en Venezuela- no tenga un final sino un desenlace».

Les dejo entonces un poco de lo que fue mi día entregada al romance que terminó con una fiesta visual de imágenes del Musée d’Orsay, donde pude encontrar a uno de los más grandes y mi favorito: Claude Monet

el-parlamento-de-londres-durante-el-ocaso-monetEl Parlamento de Londrés durante el ocaso. Claude Monet

las-amapolas-monetLas amapolas de Claude Monet. Llamada también El Paseo

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